La bergamota, la flor de azahar y la gardenia convierten la salida en un ramillete floral, donde nace un corazón de madreselva, tuberosa, ylang-ylang y jazmín, y crece con la sensualidad de la vainilla, ámbar, sándalo y madera de cedro. Es excepcional, atemporal y a la vez une la elegancia a la riqueza, la pureza y a la sensualidad.