Lo que parece el refrigerador de una familia peruana común es en realidad un gigantesco templo en el que habitan alimentos sometidos por el yugo de los envasados transgénicos importados. Encabezados por el Cardenal Heinzler, el Ketchup, líder de las salsas del divino sabor ha conseguido el poder de todo Freón a costa de haber instrumentalizado la popular profecía de un gran deshielo que traerá la podredumbre a todos los alimentos: si los vegetales no se convierten al culto perderán más que su sabor. La llegada del «Salado» dará inicio a una épica culinaria de aparente resistencia y lucha por la libertad en pro del establecimiento de un nuevo orden más justo e igualitario. En ella, la revelación del plato elegido, cuyo ingrediente principal e insospechado fue criado en el seno mismo del poder coercitivo que dominó Freón por años, traerá el equilibrio tan esperado a sus habitantes, aunque de un modo distinto al que esperado.
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