Cementerio de barcos es una novela luminosa. En ella, El Gato, un personaje aparentemente gris que ha desaparecido se resiste a perderse en el olvido. Serán sus coetáneos quieren conjuren su recuerdo, la versión que conocieron de él y a partir de la cual, uniendo cada uno de los retazos, quizá su único amigo, viejo compañero de cuarto en la UNI de los años ochenta, intentará dar cuenta del hombre que alguna vez escribió un libro mítico de poesía, fue acusado de pertenecer a un grupo terrorista y finalmente se autoexilió en un remoto país donde esperó por años a ser encontrado.